No existe piedra preciosa que se pueda comparar al diamante. Se encuentra en los lugares más remotos de la tierra y el sólo hecho de que pueda formarse constituye un milagro. 

 

¿Sabías qué?

 

Hace falta literalmente 1 tonelada de roca para obtener menos de ½ quilate de diamante en bruto.

 

Lo que convierte al diamante en una de las piedras preciosas más excepcionales y más deseadas del mundo. 

 

Un diamante es un testimonio de durabilidad y fortaleza, así como también representa un símbolo de amor eterno en una relación de pareja.

 

El valor de las piedras preciosas se basa en la escasez y dificultad en la que una piedra puede ser encontrada y es por eso que su valor y estado aumentan el mercado.

El diamante se forma bajo condiciones de alta temperatura y presión que existen solo dentro de un rango de profundidad específico debajo de la superficie de la tierra y toma miles de años para que pueda llegar a tomar la forma que hoy en día conocemos.  

Existen distintos tipos de diamantes como lo son:  

Diamantes Negros
Diamantes Salt & Pepper
Diamantes Incoloros
Diamantes Fancy´s 

Sin ninguno de estos factores, el diamante podría ser un mineral más. 

Afortunadamente, esta combinación especial de composición química, estructura cristalina y proceso de formación le da a los diamantes las cualidades que los hacen extraordinarios. 

“Por su durabilidad, porque no se gasta ni se raya… ¡Un diamante es para siempre!”